Entendiendo el déficit que esta sometida la Cultura en la Agenda
2030 como hemos apreciado en los retos 0 y 1, conlleva una carencia de
proyecto, pero ello no es impedimento a pesar de esta falta de sensibilidad
hacia ella, para desde aquí poner de manifiesto su valía esta gran proveedora
de intangibles de la vida social y su impacto en el desarrollo sostenible, así
como su visión utilitaria de la sociedad abarcando otros sectores (el turismo,
artesanía, el folklore, ....) entendiendo que lo más importante es el fruto que
se genera para diversos sectores, mediante la colaboración interdisciplinar sin
apreciarla y considerarla por los mercados económicos y políticos hacia los
servicios culturales tan importantes en nuestras sociedades globalizadas que
inciden en crear oportunidades en el
crecimiento del empleo y la renta de las personas.
La Agenda 2030 y los ODS plantean la posibilidad de apuntar hacia la
transformación mediante la creación y el fortalecimiento de alianzas
multi-actor. La colaboración entre sector público, sector privado, ONGs y
universidad, y su interacción con otros actores propicia un ambiente de
innovación hacia la búsqueda de soluciones que contribuyan a impulsar los ODS. Su
aplicación ha puesto de relieve la necesidad de activar estrategias de
colaboración entre distintos sectores y de adoptar enfoques transformadores
para hacer frente a los desafíos que plantea la Agenda 2030. Según David Horan
(2019), este enfoque transformador debe ser capaz de explotar las sinergias
resultantes de la colaboración para
alcanzar múltiples ODS mediante intervenciones organizadas que generen
co-beneficios (Horan, 2019). Por tanto, se considera que las alianzas
multi-actor son vehículos que pueden ayudar a acelerar esas sinergias y a crear
estructuras de gobernanza más duraderas (Moreno-Serna et al., 2020).
La necesidad de fomentar la colaboración entre todo tipo de agentes
-públicos, privados y sociales- a través de alianzas multi-actor se ha
subrayado insistentemente en las declaraciones, informes y recomendaciones que
han delineado el camino hacia la Agenda 2030. De hecho, el Objetivo 17 pide que
se revitalicen las alianzas globales para el desarrollo sostenible. En la
actualidad, estas estructuras tienen por objeto no sólo la consecución de los
ODS, sino también crear estructuras que permitan compartir e intercambiar
información, reconocimientos, logros y fracasos con la comunidad internacional,
a fin de fomentar la posibilidad de replicar y expandir la labor de las
alianzas.
Los archivos, los museos, las bibliotecas y otros equipamientos culturales
especializados contribuyen a integrar la visión cultural a la sociedad actual, con
capacidad de sensibilizar y educar a la población mediante alianza de
colaboración con agentes culturales, artistas y creadores, entidades publicas y
privadas y Asociaciones profesionales, etc… en la gestión interdisciplinar,
considerando los elementos del sistema cultural no solo como medios, sino como
fines en sí mismos dentro de las alternativas a plantear, ya que puede
garantizar que se hallen soluciones comunes e integrales, además de viables y
más adecuadas para varios problemas sociales a la vez. Desgraciadamente el
Ministerio de Cultura y Deporte, aún está lejos de propiciar ODS como dice el
ministro Iceta para favorecer con ello "Una sociedad más culta, más libre,
más rica y, me atrevería a decir, más feliz".
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